Este año, no habrá propósitos.

Azahara Fernández Guizán
5 min readNov 8, 2021

--

No, aún no estamos en Diciembre de 2021, pero si estoy echando la vista atrás. Y es, porque este año no tengo tan claro que sea algo que necesito hacer.

¿Por qué no quiero escribir mis propositos de año nuevo?

Hay varias razones que me han llevado a plantearme de que sirve estar continuamente poniendote metas y objetivos, y como este proceso hace que cada vez sea más infeliz. Por un lado este año mi estado de salud no ha sido boyante, pero también el libro de Ana Helen Peterson: “No puedo más”.

Me he dado cuenta que llevo unos años de estrés autoimpuesto continuo, quería demostrar no sé si al resto de personas o a mí misma que podía destacar en algo: quería ser buena programadora y demostrarlo. Así que me puse a hacer pet projects sin parar, realizar cursos, leer documentación técnica, colaborar con la comunidad…. Lo mismo en mi tiempo libre: tenía que realizar todos esos viajes alucinantes que siempre había querido, quedar con todas las personas a las que quería si me lo pedían, comer en todos esos restaurantes que siempre había querido probar, si decidía dedicarme a un hobbie tenía que darseme bien y que mereciera la pena mostrar el resultado. ¿De locura, verdad?

¿Con que finalidad?

Sentir que había conseguido un cierto éxito, ya fuese laboral o personal. Sentir que había algo que se me daba bien, en lo que destacase y ¿por qué? Pues porque la sociedad nos ha educado, al menos a las personas de mi generación, a que debíamos esforzarnos (estudiar mucho, trabajar mucho) para conseguir un buen trabajo. Como buen trabajo entendemos aquel en el que disfrutases y te sintieras realizada, que te permitiese tener un buen piso, un buen coche y mucho ocio (cenas, ropa buena, viajes…)

Si no lo conseguía, sentía que había fracasado.

¿Cuando me dí cuenta?

Pues me dí cuenta este año, porque creo que esa rueda de autoexigencia y poca satisfacción personal, comenzó a girar más fuerte cuando perdí a mi perro. Antes, gran parte de mis objetivos en mi tiempo libre era pasar tiempo con él, quien me conoce ya sabe que lo quería como a un hijo. Pero una vez que se fue, ya no tenía motivos que me frenasen de volver a tratar de conseguir el éxito, o de viajar y ver muchas cosas.

Pero este año mi cuerpo me dijo: frena. Y no me lo dijo poco a poco, o puede que sí y yo lo haya ignorado. El resultado es que sin tener nada que ponga en peligro mi vida, sí que estoy envuelta en una serie de revisiones médicas con varias dolencias distintas que me obligaron a ponerme en reposo. Y llegué a preguntarme:

¿Qué he conseguido en mi vida a los 38 años?

Y me dí cuenta, que el “éxito” profesional como me habían hecho entender era una quimera para mí. Nunca llegaría a él, porque por un lado los puestos de liderazgo no son algo que me atraigan y, por otro lado, en el camino actual no iba a estar nunca satisfecha conmigo misma. Así que si dejaba de compararme, sobre todo con mi marido, si que había conseguido cosas: tengo un trabajo estable, en el que trato de aprender cada día y hacer las cosas de la mejor forma que sé. Además, me permite flexibilidad horaria y teletrabajar. Y esto es lo más importante para mí, a pesar de que sé que nunca llegaré a ser una persona imprescindible, ni de las más importantes, pero sinceramente no creo que ese sea mi objetivo. Mi objetivo es poder aportar mi granito de arena, tratar de ayudar a los compis, no competir nunca y poder tener un buen balance vida profesional y personal.

Otra de las cosas que me agobiaban, era que siempre quise poder unir mis dos formaciones: la biología y la tecnología. Crear algo, o participar en un proyecto tech que uniese ambas disciplinas, pero me he dado cuenta que fustigándome a conseguirlo sólo estoy dejando de sentirme cómoda en otros proyectos. Y al final, a mí lo que me hace feliz, es trabajar con calma, en mi zona de confort y cambiando de proyecto cada cierto tiempo para no aburrirme.

En el plano personal, tengo un piso pequeño pero amueblado como yo quería y que nos hace feliz, viajo de vez en cuando y aunque mi colon irritable y mi salud no me permite realizar viajes de estar continuamente en movimiento y exprimir al máximo los destinos, si que soy afortunada por poder viajar. Y no entiendo porque me presionaba por tratar de verlo todo, es genial poder alojarme en hoteles céntricos, visitar los lugares con calma y aunque no me de tiempo a todo, vivir la experiencia de estar en otro lugar.

También me agobiaba mucho con tener que quedar con la gente, ser amable y mantener amistades. Me he dado cuenta que me autoimponía el estar pendiente de muchas personas, y eso lo he comenzado a cambiar. Ahora escribo a la gente cuando me acuerdo de ella, y no suelo quedar mucho, sólo cuando realmente me apetece. Puede que sea menos social que el resto de personas en mi tiempo libre, pero ¿y qué? ¿No es acaso el tiempo libre para disfrutar?

Y unido con esto, he comenzado hobbies nuevos: acuarela, jugar a la consola, tocar el piano y recuperado el hacer con calma otros como la repostería y sin que sea una competición. No me voy a poner a aprender piano en profundidad, porque no quiero dedicar mi finde a estudiar, así que seguiré tocando de forma amateur y divirtiéndome aunque nunca se lo pueda mostrar a nadie. Con las tartas pasa lo mismo, no hace falta que ganen ningún concurso, con que nos gusten me vale. Y de dibujar, ¡qué te voy a contar!, si soy una manazas, pero adoro seguir libros de técnicas de acuarela y probar cosas.

Con todo ello, también he vuelto a cambiar un poco mi forma de vestir, de peinarme, he vuelto a arreglarme y a recuperar mi estilo. Porque me gusta, sentirme mona y no sé cuando había decidido ir sólo cómoda, ¡cómo que no pudiese unir ambas cosas!. Así que he vuelto a invertir bastante dinero en prendas, y me siento genial cuando me las pongo.

¿Y con la comunidad?

Pues voy a alejarme de organizar cosas, al menos durante una temporada, ya veremos en años futuros que ocurre. Voy a comenzar a realizar proyectos personales sólo cuando me apetezca, lo mismo que cursos y si es uno o ninguno al año, pues eso. También seguiré yendo a eventos, porque me encanta, me ayuda a mantenerme al día y a socializar, pero me presentaré a pocos Call For Papers, porque probablemente tenga mucho menos que contar. De todas formas, ya le toca a otras personas con mucho mas talento subirse ahí arriba.

Pues eso, que no hay los típicos 10 propósitos, sino un nuevo mantra: tratar de ser feliz y salirme de la rueda de hamster.

--

--

Azahara Fernández Guizán

Software Developer at Sngular. PhD on Immunology, always learning and trying to share knowledge. Microsoft Most Value Professional on Developer Technologies.